Lo conteste sugiriendo ir organizando el festejo de nuestros 35 "añitos" de haber egresado.
Uno de mis compañeros me contestó diciendo: Miguelo, con razón te jalaban en Matemáticas, si sacas bien la cuenta, este año son 34 y recién el 2011 se cumplen los 35 que dices........
A lo que conteste: Luchito, lo que pasa es que has estado desconectado de nosotros y ya en un e-mail anterior, recordamos que nuestro aniversario era el 2011. Y como "PD" le puse: yo era malo en todo, pero en Matemáticas me defendía un poco..........."
Fico, un amigo que desde Africa leyó el e-mail me escribió: Miguelo, no seas mentiroso...!!!!!! y lo envió con copia a todos los promocionales.
Con una sonrisa dibujada en el rostro, empecé a escribirle (solo a él), pero la respuesta se hizo larga y me pareció oportuno transcribirla aquí en mi blog.
Este es mi e-mail de respuesta a mi amigo Fico:
A ver, a ver…………………………… por donde empezamos………………
Una de las anécdotas que recuerdo con especial afecto, es la vez que teníamos un examen de Matemáticas, era casi fin de mes y si no sacaba 17 (o más), no aprobaba ese mes.
Por todos era conocido que yo no era muy “aficionado” a las tareas, ni al estudio. No lo niego.
El caso es que recuerdo que de por medio, había una promesa a mis viejos.
Acudí a (mi ahora compadre) Carlitos Millones para que me repase un poco. Fue un fin de semana completo que dedicamos a estudiar no solo Matemáticas, sino también Física y Química.
Llego el día del examen y “patita” Quiroz dicto las preguntas y todos en silencio nos dedicamos a resolver el examen.
Yo no estaba confiado, dudaba, pero igual me puse a recordar lo practicado.
A los dos o tres días, apenas al entrar al salón, nuestro profe Eduardo “patita” Quiroz, nos empezó a llamar y a entregar el examen con la nota respectiva dicha para que todos escuchen.
Al llegar a mi hoja se detuvo, me busco con la mirada y dijo mi apellido:
* Patiño…!!!???
- Presente..!! , contesté.
* Dónde se sentó Ud. para dar este examen??
- Donde siempre profesor, detrás de Felipe Miranda……..
* Ah, con razón………… creo que Ud. ha plajeado………, tiene suerte de que no me di cuenta!!!
Grande fue mi sorpresa al recibir mi prueba, pues había un bello y hermoso numero 20 escrito con tinta roja en la parte superior de la hoja.
Pero la sorpresa fue más grande aun, cuando al entregarle la prueba a Felipe, vimos que el mellizo había sacado 16!!!!!!!!!.....
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Pero este solo fue un caso aislado, entre mis notas frecuentes, creo que muy contadas veces en toda mi vida escolar, logre alcanzar la máxima nota.
El colegio para mi, ahora que lo puedo meditar, fue un relajo. Me dedique más al deporte. Fueron el futbol y el atletismo lo que más me gustó. La natación y el tenis también, pero eso era para los fines de semana y fuera del colegio.
De más chibolo, fueron las bolitas (canicas), el trompo, el bolero en lo que sí puedo decir que era bueno y había pocos que me ganaban.
Otra evidencia de que NUNCA fui tan malo como parecía en Matemáticas es esta:
No recuerdo exactamente si fue en tercero o cuarto de secundaria en que me jalaron a fin de año en Matemáticas. Así que estaba obligado a llevar el curso de cargo y dar el examen correspondiente en Marzo.
Todo Enero y Febrero fueron de playa, piscina, futbol y fiestas. Recién el primer día de Marzo me puse a estudiar pues el examen era el 8 de ese mes en la GUE Eguren de Barranco.
Los libros de Baldor que normalmente adornaban nuestra biblioteca, fueron mi fuente de aprendizaje y repaso. Creo que le di dos o tres vueltas a la totalidad de problemas, sin hacer trampas, osea, sin mirar el resultado al final del libro.
Llegado el día, estaba nervioso pues no confiaba mucho en mi mismo. Entre al salón, di la prueba y fui el primero en terminar y entregar mi examen. Después me arrepentí pues pensé que lo mejor hubiera sido quedarme revisando si había cometido algún error, hasta que den la orden de entregar las hojas.
Nos hicieron esperar unas dos horas en el patio. Tres profesores entraron al salón y nos llamaban en forma individual para darnos el resultado de la prueba. Cuando mencionaron mi nombre, entre y me pare delante de ellos, me dijeron: Miguel, los alumnos tienen 9 meses para estudiar el curso regular. Al final, la nota en tu certificado de estudios, es el promedio de las nueve notas que tienen al año. Los que llevan curso a cargo, de ninguna manera podrían merecer una nota alta, pues consideramos que es fuera de tiempo y una oportunidad adicional.
En mi certificado de estudios figura 12 como nota de promedio final, pero en la prueba que di, saque 18…………..
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En Diciembre del 76, Charo ya tenía 6 meses de embarazo y así termine la secundaria, ese fue mi diploma………… y mi ‘desahuevina’ también.
En mi casa, lo tomaron con calma, pero lo único que me dijeron fue que, apoyo me podían dar para todo lo que signifique estudio y no para ‘otras cosas’…………..
El objetivo era ingresar a la Universidad, pero dados mis ‘antecedentes’, pocos, o mejor dicho NADIE hubiera apostado por mí.
Mis viejos me matricularon en una academia pre-universitaria. Pero esta academia no era cualquier academia.
Un señor, Arquitecto él (solo recuerdo que se apellidaba GALVEZ), había abierto este centro de preparación junto a otros profesionales y catedráticos de la UNI. La intención era preparar UNICAMENTE a postulantes a la Universidad de Ingeniería (UNI) y se preocuparon de reclutar a conocidos (y reputados) profesores de esa Universidad. No se dictaban cursos de letras, solo Aritmética, Algebra, Geometría, Trigonometría, Física y Química.
El objetivo era hacer que la mayoría (si no todos) los que se matriculaban, tenían que ingresar. Por lo que (era lógico) la enseñanza era intensiva y casi personalizada, los grupos (salones) no tenían más de 20 o 25 muchachos.
Otro ‘pequeño detallito’ es que esta academia, fue en su momento (también lógico), la más cara de todo Lima.
Mirtha y Carlos Millones habían estado aquí los últimos 6 meses de colegio y entraron a la UNI. Aunque creo que igual hubieran entrado si no estaban en la academia.
A Tito Pérez y a mí nos matricularon para las clases que se iniciaron en Enero 77.
Con decir que solo Tito y yo éramos los únicos que llegábamos por las mañanas en nuestro ‘microbio’ (combi), creo no estar exagerando. Los demás, hacían competencia de quien tenía el auto más bonito, moderno y nuevo. También eran los que se llevaban a las chicas (todas 10 puntos) al terminar las clases.
Pero claro, nosotros estábamos solo para aprender y prepararnos.
Tito ‘caballo’ Pérez no tardó en ambientarse y pronto entro en el “Ranking de los 10 Fijos”. Esta lista era elaborada por el Señor Gálvez teniendo en cuenta nuestras evaluaciones semanales en todos los cursos y se refería a los 10 alumnos que difícilmente tendrían problemas para ingresar a cualquier Universidad.
Podías entrar y salir en el ranking, según pudieras y supieras mantener tu nivel de notas.
A mí???…………., a mi me costo muchiiiiiiisimo agarrarle la onda. Y claro, prácticamente empecé de CERO, no?.
Primera, segunda, tercera, cuarta……………. recién en la quinta semana pude entrar al bendito “Ranking de Los 10 Fijos” y lo mejor de todo es que NUNCA MAS SALI DE ESE RANKING en los casi tres meses (hasta Marzo) que duro la academia.
Casi al final del curso, uno de mis profesores, conocido catedrático de la UNI, nos dijo: Con lo que han aprendido, tienen para entrar a la Universidad que quieran. Y si a alguno se le ocurriera postular a un instituto armado, creo que de frente tendrían que darles la Espada de Honor………… Claro, exageraba, pero así de optimistas y seguros estaban con su labor.
Entré a la universidad!!. No a la UNI, ni tampoco a la que yo quería (y mis viejos también). Mas pudo la necesidad de ir viendo cual de la Universidades me daba facilidades para ir estudiando y trabajar para hacerme cargo de Charo y mi hijo, que nació casi simultáneamente con mi ingreso.
Evidentemente que mi preparación en cursos de ciencias, me ayudaron enormemente y estaba muy por encima del nivel que necesitaba. Esto me sirvió para ayudar a mis compañeros con problemas. Inclusive alguna vez suplanté a uno de ellos en su última oportunidad de aprobar, el 'sustitutorio' de Mate.
Relativamente poco tiempo después de entrar a la Universidad, entre a trabajar y a partir de ese momento, mi vida fue levantarme a las 7:00 am para ir a trabajar. Tratar de terminar mi labor diaria antes de las 6:00 pm para salir volando a la Universidad y escuchar clases hasta las 11:30 pm. Regresar a mi casa, comer algo y quedarme repasando hasta la 1:30 o 2:00 am. Levantarme a las 7:00 am……………..
Lo que NO aprendí en el colegio, lo aprendí cuando realmente lo necesité. Y me sirve hasta ahora.
En mi paso por el Banco, uno de los primeros cursos a los que me toco asistir fue de “Matemáticas Financieras” y terminé con la nota mas alta, empatando puntaje con otros dos amigos. Igual paso en el curso de “Créditos”. Algo que no puedo dejar de mencionar es que en los muchos cursos que hice en esa epoca, nunca termine más abajo del 4to. lugar.
De esto están enterados todos aquellos que me rodean, familiares, amigos cercanos y ex-compañeros de trabajo.
Mis amigos de colegio en su mayoría, se quedaron con el Miguelo que solo se preocupaba en meter goles, correr más rápido y andar jodiendo a todos……………………. Jajajaja.
Pasado el tiempo, mi amigo, la vida nos da la posibilidad de reflexionar acerca de lo caminado y sinceramente creo que fui muy afortunado.
Primero, de darme cuenta a tiempo que tenia la necesidad de cambiar.
Segundo, del apoyo que recibí de mi esposa, de mis padres y de mis suegros.
Tercero, de estar en el momento y lugar indicados para poder desarrollarme personal y profesionalmente.
NO con alegría, veo que un número muy importante de queridos amigos de colegio, NO supieron aprovechar el talento y cualidades que se asomaban durante nuestra época escolar. O no tuvieron la suerte o no supieron aprovechar sus oportunidades………………………….
Son pocos, como tú, los que lograron alcanzar sus objetivos y entre ellos (gracias a Dios) me puedo contar………………….